Cuando iniciamos un tratamiento de ortodoncia, tenemos que asumir que para que se complete de forma satisfactoria es necesario, por un lado, seguir con mucha atención una serie consejos de higiene bucodental durante la ortodoncia.
Tener claro qué se puede y qué no se puede comer durante un tratamiento de ortodoncia es algo fundamental para los pacientes, tanto como la necesidad de mantener una estricta higiene dental. La dieta puede y debe seguir siendo rica, equilibrada y variada, pero teniendo en cuenta una serie de recomendaciones sobre el tipo de alimentos que consumimos y evitando algunas comidas concretas de forma temporal. ¡Te sugerimos esta lista! Cuando iniciamos un tratamiento de ortodoncia, tenemos que asumir que para que se complete de forma satisfactoria es necesario, por un lado, seguir con mucha atención una serie consejos de higiene bucodental durante la ortodoncia, como ya os mostrábamos en entradas previas del blog. Y, por otro, es clave adaptar la alimentación y eliminar de nuestra dieta temporalmente determinados productos que pueden afectar al buen desarrollo del tratamiento y producirnos sensaciones incómodas o desagradables. Aquí os presentamos un completo listado de los siete principales alimentos que debemos evitar con ortodoncia, con los correspondientes motivos para descartarlos de nuestro menú: Carnes fibrosas: Este tipo de carnes, como la ternera, son propensas a quedarse entre los dientes, especialmente en tratamientos que incluyen brackets, por lo que es aconsejable ajustar su ingesta. Esto no quiere decir que tengamos que eliminarlas de la dieta, ya que podemos consumirlas en otros formatos como albóndigas o hamburguesas, o decantarnos por otras carnes más blandas, de textura más suave, como el pollo. Alimentos pegajosos: Hablamos de dulces como golosinas, chicles…productos poco compatibles con ortodoncia porque se adhieren fuertemente y dificultan seriamente la higiene dental. Sin olvidar que su alto contenido en azúcar puede ser la causa de la aparición de caries. Alimentos crujientes: Los frutos secos, las palomitas de maíz, las semillas, las galletas o el pan tostado son productos que al masticarlos se rompen en múltiples trozos pequeños, lo que favorece que se introduzcan entre dientes y muelas, algo que, de nuevo, hará difícil las tareas de limpieza bucal que realicemos a posteriori. Alimentos ácidos: En este caso, la recomendación de evitar alimentos ácidos como los cítricos o el vinagre, se debe a que es posible que durante los tratamientos de ortodoncia aparezcan llagas o cierta irritación como consecuencia del roce con los brackets. Así que como puedes imaginar, comer limón cuando tienes la boca irritada no es lo más apropiado. Productos picantes: En la misma línea, las comidas picantes tampoco son aconsejables, ya que pueden ser contraproducentes y dolorosos en zonas irritadas. Alimentos duros/enteros: En este caso, no nos referimos tanto al tipo de alimento como a su forma de consumirlo. Por ejemplo, a la hora de comer una fruta dura, como la manzana o el melocotón, es muy importante no morderla directamente para evitar que los aparatos de ortodoncia se puedan quedar atrapados. En estos casos, hay que trocear la pieza y masticarla directamente con los muelas. La misma recomendación sirve a verduras crudas como la zanahoria. Su consumo, mejor en trozos pequeños, o cocida para que la textura sea más blanda. Las costillas, las alitas de pollo o aceitunas con hueso se deben consumir con precaución para impedir que los dientes tropiecen con el elemento duro y los brackets puedan desprenderse. Alimentos rugosos: La textura rugosa, como la corteza de pan, también es enemiga de las llagas o la irritación, al tiempo que conlleva una masticación más intensa, algo que es interesante evitar sobre todo en los inicios del tratamiento de ortodoncia cuando aún estamos adaptando nuestra mordida.
Los bocadillos, la pizza y las hamburguesas también deben partirse en trocitos, intentando no morder y tirar para evitar el despegamiento de los brackets.
Más allá de esta serie de alimentos a evitar, es importante no descuidar la alimentación durante el tratamiento, siempre con el sentido común por delante. Aunque durante la fase inicial de la ortodoncia es habitual que se recomienden productos de consistencia blanda, la realidad es que teniendo en cuenta las limitaciones que hemos repasado, la dieta puede ser muy amplia y no debería afectar en exceso a los hábitos a los que estamos acostumbrados.