La importancia de adquirir una correcta técnica de cepillado de los dientes debe tener sus orígenes en la infancia.
La importancia de adquirir una correcta técnica de cepillado de los dientes debe tener sus orígenes en la infancia. Si desde bien pequeños padres, odontólogos, higienistas y profesores inciden no solo en que los menores adquieran este hábito fundamental sino que, además, lo hagan de manera correcta, sus ventajas se notarán en la etapa adulta. Aprender cómo cepillarse es fácil si se usan las pautas adecuadas, aunque no está de más recordarlas a cualquier edad. Existen varias técnicas de cepillado. La más adecuada para cada persona viene determinada por la morfología de la dentición, por la destreza manual del paciente, etc. A nivel general la técnica de cepillado que se recomienda es aquella que permite la eliminación del biofilm oral de una forma cómoda, en un tiempo adecuado y sin causar ningún tipo de lesión en los tejidos. La técnica más aconsejada es la Técnica de Bass, ya que esta permite eliminar las bacterias que se encuentran en el margen gingival, causantes de las enfermedades de las encías. Esta técnica consiste en inclinar el cepillo 45º grados entre diente y encía, de manera que los filamentos estén en contacto con el margen encía-diente y abarquen dos o tres dientes. Conviene hacer movimientos muy pequeños de vibración o circulares con el mango sin presión y sin que los filamentos se lleguen a desplazar de su posición en la encía. En los dientes anteriores, por la cara lingual, se debe realizar con el cepillo colocado verticalmente. Al elegir un cepillo de dientes es mejor que este tenga un tamaño del cabezal no muy grande y que los filamentos sean medios o suaves para adaptarse mejor a la anatomía dental y no ser abrasivos. El cepillo se debe cambiar aproximadamente cada 2-4 meses, según el desgaste de los filamentos. Un cepillo desgastado no realiza una adecuada eliminación de biofilm oral, además de que puede lastimar las encías. Si usamos un cepillo eléctrico se debe recordar que este ya tiene movimiento y que, por lo tanto, tenemos que ir cambiando de superficie muy lentamente e, incluso, podemos imitar una técnica de cepillado convencional, si el cabezal lo permite. Tras el cepillado dental es importante realizar una limpieza de los espacios interproximales, ya que son zonas de más difícil acceso para el cepillo dental. El uso de cintas o sedas dentales, cepillos interproximales o de un irrigador bucal ayuda a realizar esta tarea. Es importante también no olvidar la limpieza de la lengua para eliminar las bacterias que se depositan principalmente en el dorso posterior de la misma y que pueden llegar a producir mal aliento si no se eliminan. Además, el uso de productos como una pasta y colutorio, en muchos casos con acción específica (cuidado de encías, ortodoncia, sensibilidad dental, etc.) según las distintas necesidades, ayudará a tratar las condiciones bucales que hayan podido aparecer y a mantener la salud de los dientes y encías. Por lo tanto, realizar una higiene bucal completa, siempre ligada a una correcta técnica de cepillado, ayuda a asegurar la eliminación del biofilm oral causante de las principales enfermedades, como la caries, la gingivitis y la periodontitis. Fuente: Dentaid Expertos en Salud Bucal